CRECER-MADURAR-PERDONAR,
COLABORAR EN EL CRECIMIENTO y dejar de perjudicarse-autodestruirse
Un árbol al que le atan las ramas, crece
torcido, deforme y hasta pueden enterrarse las rama convirtiéndose en raíces.
No se crece-madura por sí, se requiere
esfuerzo, colaboración, trabajo, guía.
Nadie per se sabe vivir ni como
crecer-madurar-progresar-evolucionar.
Instintivamente, las personas tienden a salir
de sí hacia arriba o hacia abajo, según el tipo de personalidad.
Una persona introvertida sale de sí hacia
abajo, una persona extrovertida sale de sí por arriba.
Pero no son crecimientos reales, salen-se
evaden y andan por el mundo atadas. La extrovertida es como un barrilete y la
introvertida es como si llevara un ancla frenándola.
Hay que cortar la cadena o correa y soltar el
lastre.
El lastre es el miedo-culpa, la preocupación por
sí y es el barrilete o ancla según el caso.
No se libera de la culpa ignorándola o negándola.
La liberación real de la culpa es pagar y
luego soltar.
Pagar, se paga con amor y con dolor-sufrimiento.
Soltar es perdonar, pedir perdón y perdonarse.
Este trabajo interior es necesario para todas
las personas mas allá de la religión, e incluso de la no religión.
Si no se hace, la carga-lastre-miedo-culpa,
acaba determinando la vida, lo que la persona hace o deja de hacer, pues
construye su vida superficialmente, negando la realidad y queriendo ignorar la
carga que lleva a cuesta y que determina su voluntad.
Hay que poner orden interior, pagar culpas,
soltar cargas, perdonar, pedir perdón y perdonarse. Es el trabajo que todos debemos
hacer para poder crecer ordenadamente y en paz.
Considerar que, si no hacemos el trabajo
interior, solos nos perjudicamos, autodestruimos, empleamos el tiempo en
perjudicarnos. El trabajo interior es absolutamente necesario e indelegable.
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