GRAN
AVISO, DEJAR LIBRE A DIOS
1.-
Hay que dejar libres a otros, permitirles que
decidan, que adopten su decisión.
No se puede imponer ni siquiera lo bueno.
Sí hay que hablar, recomendar, sugerir,
enseñar para que puedan tener la opción, para que la decisión sea
verdaderamente libre.
El que determina la voluntad es el enemigo
porque quiere ser elegido desesperadamente, de ahí que engañe, manipule,
mienta, etc.
2.-
Hay cosas que Dios las permite, son
abominables, repugnantes, insoportables. ¿Impone tales cosas?, no.
Las impone el enemigo, Dios las permite.
Las impone el enemigo para arrastrarnos a
rebelarnos contra Dios, ahí quiere vencernos y borrar la fe, cortar el lazo con
Dios.
3.-
Hay que aceptarlas-soportarlas-sobrellevarlas.
Sirven como pago por la deuda, para purificación,
crecimiento, maduración.
También para colaborar en la salvación de
otras almas.
Hay que seguir adelante ignorando el dolor,
disociándose de éste y utilizándolo para crecer-madurar-progresar
espiritualmente, para forjar una segunda naturaleza a imagen y semejanza del
Señor.
4.-
En esencia, lo que debemos hacer es vencer el
miedo.
Esto es así porque el miedo es lo que
determina la voluntad caprichosa, obsesiva, desesperada, histérica.
El miedo usa y justifica la violencia, las
almas creen que es bueno, justo y necesario, pero es mentira.
Hay que vencer el miedo, vencerse, aceptar a
Dios, lo que Él quiere, y especialmente lo que no quiere pero permite y nos
duele.
Hay que confiar en Él, no meter mano, no obrar
por cuenta propia.
5.-
El alma debe quebrarse, bajar su orgullo, esa
dura cerviz debe besar el suelo.
Es por su bien, es para vencer el miedo y no
caer esclava del adversario, para no estar a merced de sus manipulaciones.
Comprender que se sirve del miedo y sabe
llevar a las almas a su perdición convenciéndolas de que es por y para su bien.
6.-
Hay que admitir que necesitamos de Dios, solo
así es quebrantado el orgullo, solo de esta manera logramos salir del delirio.
Debemos admitir que amamos y que queremos amar
para vencer el orgullo y salir del abismo del ego.
Dios nos dará la oportunidad de esto, de
vencernos a nosotros mismos, de ponerle límites al orgullo.
Vamos a tener que hacer el esfuerzo de
vencernos, de ponerle límites al orgullo-ego, de crecer-madurar, de generar
amor y voluntad de amar asemejándonos en esto a Dios mismo.
7.-
Solo al admitir que necesitamos de Dios, que
solos no podemos, cesa la desolación, acaban los tres días de tinieblas,
termina la prueba.
Tres veces hay que quebrarse, postrarse, admitir
la necesidad de Dios.
Hay que rogar, suplicar, orar, pedir al Señor
que nos ayude y evite que nos perdamos, pero Dios no nos va a imponer la
salvación, debemos colaborar.
Considerar que, si no lo hacemos ahora, la
corrupción-perversión-deformación infernal va a seguir avanzando y mas nos
perderemos en tinieblas, mas caeremos en garras del enemigo llegando ese punto
sin retorno en el que ya se ha confirmado el deseo de perderse por hacer nada
para salvarse.
ASÍ SERÁ
EL AVISO:
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